Salzburg, patrimonio de la humanidad.
Bajo el cielo plomizo de un atardecer caluroso, Salzburgo reluce como bajo el sol más luminoso. La ciudad, cuna de Mozart y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es sin duda una de las más hermosas de Europa.
Atravesada por el río Salzach, Salzburgo (a 310 km de Viena) reúne un conjunto de edificios góticos, barrocos y neoclásicos, una fortaleza imponente; además, palacios señoriales y pequeñas casas encantadoras. La ciudad de Mozart, donde dominan el ámbar y el amarillo típico de otras ciudades del norte y el este europeos, tiene el aire placentero de las fantasías mozartianas.
Si se cruza por alguno de los puentes del Salzach, se entra a la parte principal del casco histórico, a través de pasajes cubiertos y patios interiores. El primer encuentro es con Getreidegasse, la principal calle comercial, donde se alternan las tiendas de las grandes marcas internacionales, las de ropa típica austríaca y las joyerías con los negocios de recuerdos para los turistas.
Violines y clavicordios
Durante veintiséis años, en el periodo comprendido entre 1747 y 1773, la familia Mozart habitó la tercera planta de la "Casa Hagenauer", situada en el número 9 de la Calle Getreidegasse. Aquí nació el día 27 de enero de 1756 su famoso hijo Wolfgang Amadeus Mozart. La casa debe su nombre a su propietario, el comerciante y amigo de los Mozart, Johann Lorenz Hagenauer (1712-1792). En está casa nació Mozart en 1756 y vivió hasta sus 17 años. Las habitaciones fueron convertidas en un museo sobre la vida y la obra del compositor, y muestran los violines, clavicordios y pianofortes del genio de Salzburgo.
En el centro de la ciudad se encuentran las grandes plazas conectadas por calles o por arcos abiertos en los grandes edificios, donde señorean la gran estatua de Mozart, la Catedral, una imponente construcción barroca, con la pila de agua bendita donde fue bautizado el hijo dilecto, y los palacios donde se realizan los festivales musicales.
En los meses de julio tiene lugar el Festival Internacional de Música, un evento en el que conviven las representaciones de óperas con elenco internacional, la presentación de grandes artistas y los pequeños conciertos en iglesias y salas palaciegas. Fuera de los festivales, Salzburgo mantiene una intensa vida musical, con actividades todos los días del año.
Una fortaleza medieval
La parte más importante de la ciudad está dominada, desde el monte Monchberg, por la imponente figura del castillo Hohensalzburg, construido en 1077. Hohensalzburg, literalmente "Alto Salzburgo", fue residencia de príncipes, fuerte y prisión y se considera la fortaleza mejor preservada de Europa Central.Al castillo se puede llegar con un funicular que parte casi desde la base del monte. Pero, si las piernas lo permiten, lo ideal es subir por la calle de piedra que usaron sus habitantes y atravesar la gran puerta del castillo. De su pasado como residencia se conservan la Sala Dorada, un salón medieval de paredes tapizadas y artesonados de madera donde se hacen habitualmente conciertos de música de cámara.
De su pasado de fortaleza permanece un grupo de cañones que, desde troneras en arco, apuntan hacia el camino de entrada. Desde las terrazas de la fortaleza se domina el paisaje salzburgués de praderas verdes y montañas.
Para los intelectuales, Salzburgo guarda la casa de George Trakl, poeta trágico que vivió en la ciudad y se suicidó durante la Primera Guerra. Su poesía, oscura y expresiva, fue admirada por filósofos como Martin Heidegger y Lutwig Wittgenstein.
En las afueras de Salzburgo, a minutos de ómnibus, se encuentra el palacio de Hellbrunn, construido por Markus Sittikus, (1612-1619), príncipe y arzobispo y, sobre todo, un gran bromista al que le gustaba agasajar a sus amigos y divertirse con ellos y a costa de ellos. El tour por los juegos comienza con una gran mesa de piedra circundada por bancos también de piedra, construida en un extremo de un enorme jardín de estilo francés. En esa mesa, Markus sentaba a sus invitados y los sorprendía -por lo menos a los que habían ido por primera vez - rociándolos con agua que sale de los asientos de los bancos y de otras aberturas en los alrededores del llugar.
La visita sigue por un sendero flanqueado por grupos de esculturas que representan escenas mitológicas o de la vida cotidiana, y desde donde también salen chorros de agua que sorprenden a los visitantes y con los que el guía que los maneja sigue divirtiéndose, como el príncipe Markus. Hellbrunn es uno de los parques manieristas, una corriente del barroco que utilizaba formas distorsionadas o incluso intencionalmente feas y que, contrapuesto con el ideal clásico del precedente Renacimiento, buscaba generar inquietud y sorpresa. Una de esas creaciones es el Parque de los Monstruos, construido cerca de Roma para Pier Franceso Orsini, el deforme duque de Bomarzo nacido en el siglo XVI.
Si se cruza el Salzach, se llega a la parte de la ciudad que está al pie del monte Kapuzinerberg. A la derecha, sube un camino que llega a un mirador desde el cual se tiene una vista panorámica inigualable. A la izquierda, unas calles peatonales con restaurantes ofrecen diversas opciones culinarias, para disfrutar otra de las dimensiones sensoriales de la seductora ciudad austríaca.
En los jardines de "La novicia rebelde"
En la margen derecha del río Salzach (al otro lado del casco histórico de la ciudad) está el parque más hermoso de Salzburgo: el jardín Mirabell. Diseñado por Fischer von Erlack a principios del siglo XVIII, cautiva con sus flores multicolores y el verde intenso de su césped, bellamente interrumpido por fuentes y esculturas inspiradas en la mitología griega.
Este sitio encantador fue escenario de una escena inolvidable de una película inolvidable. ¿Quién no recuerda a Julie Andrews y los siete niños cantando la canción "Do-re-mi" en un aterciopelado jardín en "La novicia rebelde"? Aún se respira, en este mágico jardín, esa atmósfera tan especial de la recordada secuencia fílmica.
En el mismo parque, desde la terraza del antiguo Palacio Mirabell (que se incendió en 1818 y actualmente es sede de la municipalidad), se obtiene una de las vistas panorámicas más emocionantes de Salzburgo, la bella imagen que se extiende desde los jardines hasta el Castillo Hohensalzburg.
Bajo el cielo plomizo de un atardecer caluroso, Salzburgo reluce como bajo el sol más luminoso. La ciudad, cuna de Mozart y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es sin duda una de las más hermosas de Europa.
Atravesada por el río Salzach, Salzburgo (a 310 km de Viena) reúne un conjunto de edificios góticos, barrocos y neoclásicos, una fortaleza imponente; además, palacios señoriales y pequeñas casas encantadoras. La ciudad de Mozart, donde dominan el ámbar y el amarillo típico de otras ciudades del norte y el este europeos, tiene el aire placentero de las fantasías mozartianas.
Si se cruza por alguno de los puentes del Salzach, se entra a la parte principal del casco histórico, a través de pasajes cubiertos y patios interiores. El primer encuentro es con Getreidegasse, la principal calle comercial, donde se alternan las tiendas de las grandes marcas internacionales, las de ropa típica austríaca y las joyerías con los negocios de recuerdos para los turistas.
Violines y clavicordios
Durante veintiséis años, en el periodo comprendido entre 1747 y 1773, la familia Mozart habitó la tercera planta de la "Casa Hagenauer", situada en el número 9 de la Calle Getreidegasse. Aquí nació el día 27 de enero de 1756 su famoso hijo Wolfgang Amadeus Mozart. La casa debe su nombre a su propietario, el comerciante y amigo de los Mozart, Johann Lorenz Hagenauer (1712-1792). En está casa nació Mozart en 1756 y vivió hasta sus 17 años. Las habitaciones fueron convertidas en un museo sobre la vida y la obra del compositor, y muestran los violines, clavicordios y pianofortes del genio de Salzburgo.
Esta placa recuerda que aquí está la casa donde nació Mozart en 1756. |
En los meses de julio tiene lugar el Festival Internacional de Música, un evento en el que conviven las representaciones de óperas con elenco internacional, la presentación de grandes artistas y los pequeños conciertos en iglesias y salas palaciegas. Fuera de los festivales, Salzburgo mantiene una intensa vida musical, con actividades todos los días del año.
Una fortaleza medieval
La parte más importante de la ciudad está dominada, desde el monte Monchberg, por la imponente figura del castillo Hohensalzburg, construido en 1077. Hohensalzburg, literalmente "Alto Salzburgo", fue residencia de príncipes, fuerte y prisión y se considera la fortaleza mejor preservada de Europa Central.Al castillo se puede llegar con un funicular que parte casi desde la base del monte. Pero, si las piernas lo permiten, lo ideal es subir por la calle de piedra que usaron sus habitantes y atravesar la gran puerta del castillo. De su pasado como residencia se conservan la Sala Dorada, un salón medieval de paredes tapizadas y artesonados de madera donde se hacen habitualmente conciertos de música de cámara.
De su pasado de fortaleza permanece un grupo de cañones que, desde troneras en arco, apuntan hacia el camino de entrada. Desde las terrazas de la fortaleza se domina el paisaje salzburgués de praderas verdes y montañas.
Para los intelectuales, Salzburgo guarda la casa de George Trakl, poeta trágico que vivió en la ciudad y se suicidó durante la Primera Guerra. Su poesía, oscura y expresiva, fue admirada por filósofos como Martin Heidegger y Lutwig Wittgenstein.
En las afueras de Salzburgo, a minutos de ómnibus, se encuentra el palacio de Hellbrunn, construido por Markus Sittikus, (1612-1619), príncipe y arzobispo y, sobre todo, un gran bromista al que le gustaba agasajar a sus amigos y divertirse con ellos y a costa de ellos. El tour por los juegos comienza con una gran mesa de piedra circundada por bancos también de piedra, construida en un extremo de un enorme jardín de estilo francés. En esa mesa, Markus sentaba a sus invitados y los sorprendía -por lo menos a los que habían ido por primera vez - rociándolos con agua que sale de los asientos de los bancos y de otras aberturas en los alrededores del llugar.
La visita sigue por un sendero flanqueado por grupos de esculturas que representan escenas mitológicas o de la vida cotidiana, y desde donde también salen chorros de agua que sorprenden a los visitantes y con los que el guía que los maneja sigue divirtiéndose, como el príncipe Markus. Hellbrunn es uno de los parques manieristas, una corriente del barroco que utilizaba formas distorsionadas o incluso intencionalmente feas y que, contrapuesto con el ideal clásico del precedente Renacimiento, buscaba generar inquietud y sorpresa. Una de esas creaciones es el Parque de los Monstruos, construido cerca de Roma para Pier Franceso Orsini, el deforme duque de Bomarzo nacido en el siglo XVI.
Si se cruza el Salzach, se llega a la parte de la ciudad que está al pie del monte Kapuzinerberg. A la derecha, sube un camino que llega a un mirador desde el cual se tiene una vista panorámica inigualable. A la izquierda, unas calles peatonales con restaurantes ofrecen diversas opciones culinarias, para disfrutar otra de las dimensiones sensoriales de la seductora ciudad austríaca.
En los jardines de "La novicia rebelde"
En la margen derecha del río Salzach (al otro lado del casco histórico de la ciudad) está el parque más hermoso de Salzburgo: el jardín Mirabell. Diseñado por Fischer von Erlack a principios del siglo XVIII, cautiva con sus flores multicolores y el verde intenso de su césped, bellamente interrumpido por fuentes y esculturas inspiradas en la mitología griega.
Este sitio encantador fue escenario de una escena inolvidable de una película inolvidable. ¿Quién no recuerda a Julie Andrews y los siete niños cantando la canción "Do-re-mi" en un aterciopelado jardín en "La novicia rebelde"? Aún se respira, en este mágico jardín, esa atmósfera tan especial de la recordada secuencia fílmica.
En el mismo parque, desde la terraza del antiguo Palacio Mirabell (que se incendió en 1818 y actualmente es sede de la municipalidad), se obtiene una de las vistas panorámicas más emocionantes de Salzburgo, la bella imagen que se extiende desde los jardines hasta el Castillo Hohensalzburg.
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