A 80 kilómetros de Frankfurt en la histórica ciudad de Heidelberg, en Alemania, también hay un puente de Carlos Teodoro. En la antigua ciudad se respira historia con un pasado colmado de grandes acontecimientos y edificios monumentales construidos hace ya muchos siglos. Sobresalen el viejo puente de piedra sobre el río Neckar, el Paseo de los Filósofos, el Castillo y su antigua universidad.
En la entrada a la vieja ciudad está la Brükentor o puerta del Puente, con sus atractivas torres rematadas con sendas cúpulas de forma acampanada. El puente cruza el río Neckar. El conjunto es una obra realizada entre 1786 y 1788.
Este viejo puente (Alte Brücke) es uno de los más antiguos de Alemania. Muy cerca está el Karlstor, un arco triunfal en honor al príncipe Carlos Teodoro (Karl Theodor), cuya construcción nunca se finalizó. Sus iniciales están también instaladas en el Rathaus (Ayuntamiento) barroco del siglo XVIII.
Este pintoresco puente se denomina así en honor al Elector Palatino Carlos Teodoro, quien lo mandó construir en 1786 en el lugar que ocupaba un original puente de madera de finales del siglo XIII. Éste fue destruido por una inundación en 1784, por lo que para sustituirlo se decidió construir un nuevo puente de piedra.
Precisamente en el lado izquierdo de la columna del primer arco del puente, tras la Puerta de Carlos, se pueden ver indicadas las fechas y la altura de las distintas inundaciones sufridas en Heidelberg, donde entre todas se refleja la citada gran inundación de 1784.
Para llegar al puente de Carlos Teodoro desde el centro histórico de Heidelberg, en el lado norte de la plaza del Mercado hay que tomar por la corta calle Steing, muy animada por restaurantes y cervecerías.
Vista del puente Carlos Teodoro sobre el río Neckar, la Brükentor y el Castillo de Heidelberg. Todos vistos desde el Camino de los Filósofos |
En un plano antiguo que se encuentra en uno de los miradores del Paseo de los Filósofos, se puede ver la imagen del puente de madera anterior al actual de piedra, el cual estaba cubierto y tenía una torre en la orilla opuesta a la de la Puerta de Carlos.
Este puente de piedra arenisca roja cuenta con nueve arcos. Cada día lo cruzan miles de turistas para contemplar una de las mejores panorámicas de la ciudad. Durante su recorrido se aprecia perfectamente la silueta del castillo, uno de los principales monumentos de Heidelberg, y toda la naturaleza circundante. En invierno, cuando la nieve lo cubre todo, es una estampa realmente fascinante.
Lo primero que nos llamará la atención antes de cruzar el puente es una moderna escultura metálica que se sitúa a la izquierda de la Puerta de Carlos. Se trata del mono del puente, que se instaló en la década del 70 y recuerda una histórica escultura de un mono con un espejo que durante siglos estuvo ubicada en dicho lugar, la cual representa la idea de que antes de criticar a otros, habrá uno de mirarse en un espejo, pues quizás descubra que es un mono.
El mono del puente de Carlos Teodoro en Heidelberg. Al fondo, la escultura de Pallas Atenea |
Al cruzar el puente usted verá que hay dos grandes esculturas en homenaje a Carlos Teodoro y a Pallas Atenea.
Eso si, las mejores vistas panorámicas del puente de Carlos Teodoro de Heidelberg las tendrá desde el Paseo de los Filósofos. Precisamente la senda y escalera de acceso directo al mismo la encuentras nada más cruzar el puente.
No es el Puente de Carlos de Praga, pero cuando visite Heidelberg comprobará por qué es uno de los iconos de la ciudad alemana.
Nota: Un último detalle: si quiere tener unas buenas vistas de este puente le recomiendo que se sitúe en el Paseo de los Filósofos o en lo alto del castillo Desde allí le podrá hacer unas buenas fotografías.
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